Anaïs Teracena |
A un año de su presentación en Nueva York, vuelve por segunda ocasión el multipremiado documental El Silencio del Topo (Guatemala, 2021), ópera prima de la directora Anaîs Taracena, que se exhibe durante una función especial de Las Premieres, en el Museum of the Moving Image en Queens, que se organiza en conjunto con Cinema Tropical. El largometraje se centra en la figura de Elías Barahona, quien
estuvo infiltrado al trabajar como jefe de prensa (1976-1980) en el Departamento del Interior (Gobernación) durante uno de los
regímenes más represivos en la historia de Guatemala. Con dicha actividad logró que muchas personas pudieran salvar sus vidas.
El Silencio del Topo, que representa a esta nación centroamericana en la carrera por un premio Oscar, no solo en la categoría de Mejor Película Internacional, sino también encontró un lugar dentro de los 144 documentales elegibles para la categoría de Mejor Documental, llega a Nueva York a unos días que se den a conocer las semifinalistas para ambas categorías.
Elías Barahona |
Los Inicios del Topo
Si bien Taracena estudió Ciencias Políticas, su llegada a los medios audiovisuales fue de manera paulatina pero segura. "Empecé un poquito con foto fija porque me gustaba", asegura sobre sus inicios creativos. Cuando tenía 20 años se compró una cámara análoga, y fue ya a los 25 años, que se adentra al mundo documental como una espectadora habitual. "Sentía una necesidad muy grande de querer aprender a filmar y todo eso". Su primer paso al mundo del cine comenzó con un taller que duró solo dos meses.
"Era muy sencillo y era para aprender el uso del software de edición, el Final Cut, que ya nadie usa. Luego me metí a otro taller para uso básico de cámaras y así fue hasta los 26 años que filmé mi primer corto De Tripas Corazón (2011)". Es un cortometraje, afirma muy sencillo, "que filmé y edité yo sola". Este trata sobre David Barahona, el hermano de Elías, el Topo, una clara alusión del animal que vive en la oscuridad, la misma forma en que él se desenvolvió desde la clandestinidad.
En ese momento, Taracena estudiaba y trabajaba en la capital francesa, donde conoció a David. "El había llegado como refugiado político en 1983, y nunca más volvió a Guatemala. Y lo que me interesaba era hablar del exilio en cierta forma", dice la documentalista, cuyo padre vivió era perseguido político y tuvo que refugiarse fuera de Guatemala. La cineasta recuerda que David siempre le hablaba de su hermano y así fue su primer vínculo con el Topo.
Una vez que Taracena regresa a vivir a Centroamérica, conoció a Elías y al mismo tiempo tuvo su primera experiencia fílmica. "Era algo muy artesanal, una experiencia poco empírica. Luego pasaron unos años y me compré una cámara pero no me terminaba de animar y tomaba cursitos y fue como hace unos ocho años que ya decidí (hacerlo). A mí me apasiona el cine documental y me metí de lleno".
Gracias
a que conoció a Elías, antes de que falleciera, sabía que había una
historia importante que contar. Su primer impulso creativo fue pensar en
la realización de un registro visual con su testimonio. más no un
documental. "Pensaba en filmar una entrevista", asegura. "También sentí
la necesidad de Elías, de querer contar y hablar, y él no confiaba en
todo el mundo con su historia", dice. El impacto de la muerte de Elías fue tal que decidió investigar profundamente para hacer un documental.
Al comienzo no fue nada fácil, ya que carecía de rumbo. "No estaba muy segura de que camino estaba agarrando. Solo tenía la idea de investigar", dice. Dicha actividad la llevó a innumerables conversaciones (oral y escrita), y a buscar material en México, Cuba, Costa Rica y Guatemala . "Se volvió algo obsesivo", confiesa. Después de un año y medio de investigaciones, la idea de un documental comenzó a tomar forma, una vez que agregó el tema de la búsqueda, y no dudo de incluir una mirada más contemporánea desde el presente. "La escritura y la narrativa, surgen mucho durante el proceso (de realización)", señala.
Las Capas del Topo
La ausencia, el silencio, el paso del tiempo y la verdad como memoria histórica, son los ejes narrativos que confluyen en esta ópera prima que tardó cerca de seis años en realizarse. "El Silencio del
Topo tiene muchas capas narrativas", dice su directora. Desde el principio ella sabía que el hilo conductor, un tipo thriller, sería Elías. "Su historia es digna de muchas
películas, ya que la realidad supera la ficción", asegura. La historia de El Topo se entrelaza con la de otros sobrevivientes y familiares de los desaparecidos, a la par de la ausencia de imágenes visuales y archivos durante esos años. "En Guatemala
no se la ha dado el espacio (necesario) a esas memorias", cuestiona.
A través del largometraje se pueden observar varias escenas de la vida cotidiana de esta capital centroamericana. "Quería que la ciudad fuera protagonista. Es una historia muy urbana que solo sucede en la ciudad, obviamente no representa a toda la historia de Guatemala, pero me pareció interesante porque nunca se habla de la represión aquí durante la guerra. Es una zona muy olvidada, es como si aquí no hubieran pasado estas cosas. Esta realidad me es más cercana, yo vivo aquí en el Centro, de hecho muchas calles que filmé están cerca de donde vivo. No sé si la ciudad es un personaje total, pero es muy importante porque Elías se movió en la ciudad, la información que pasaba clandestinamente fue en la ciudad, caminas por algunas calles y todavía se siente mucho el peso del pasado, y esa materia misma queda en la estética de los lugares y paredes"
Entre la Estatuilla Dorada y los Volcanes
En una de las escenas de El Silencio del Topo, su protagonista principal Elías, dice entre risas que se merece un Oscar por su actuación, como infiltrado en el gobierno represor guatemalteco. A decir de Taracena, el Topo quiso ver su relato en el cine. "Creo que él estaría muy contento (con la participación de su historia en los Oscares) y de todos los premios (en festivales). Ya que su historia en Guatemala es tan poco conocida y ha sido olvidada", dice la directora quien ya tiene dos proyectos en puerta.
"Estoy empezando a escribir un largometraje que se llama El Palpitar de los Volcanes. Es un cine más ensayístico sobre cómo nos relacionamos con los volcanes, en Centroamérica estamos rodeados de ellos, cómo nos influencian magnéticamente y energéticamente como sociedad y partiendo mucho de un ideal de que los volcanes son los testigos totales será más una reflexión con el territorio. Estoy muy emocionada y quiera ya comenzar a filmar. También acabo de terminar un corto de 38 minutos que ojalá pueda mover en Estados Unidos. Este trata sobre Ana Enamorado, una madre hondureña que se fue a vivir a México hace 11 años para buscar a su hijo que desapareció en la ruta hacía el norte. Ella se ha vuelto una vocera para sensibilizar la desaparición de migrantes en México. Es un retrato más intimista", dice la directora, quien espera que el próximo año este corto llegué a los festivales de cine en específico a los que tratan sobre derechos humanos. (Christian Del Moral)
El Silencio del Topo se proyecta en el Museum of the Moving Image (36-01 35 Ave. Astoria, Queens), el domingo 18 de diciembre, a las 3:00 pm. $15-$11
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