Comenzamos con nuestro resumen del Festival de Cine de Tribeca, en el terreno documental. Una de nuestras fascinaciones, nunca lo hemos negado, es este género cinematográfico y con esa misión logramos ver un total de 11 filmes. Desde hace un par de años, uno de los principales atractivos que tiene este Festival, fundado por Robert De Niro y Jane Rosenthal, ha sido la interesante oferta en esta sección y este año no fue la excepción. A diferencia del apartado de ficción, de Tribeca han salido importantes documentales, tal es el caso de Taxi to the Dark Side y Jesus Camp, por mencionar algunos.
Este año vimos casi todos, de los que teníamos en mente, con la excepción de Diario de Sintra, una verdadera lástima ya que escuchamos buenos comentarios. En resumen, los 11 lograron captar nuestra atención y ninguno de ellos provocó sueño o que saliéramos de la sala.
Así de lo que vimos, y en orden de preferencia, tenemos que el mejor documental es
Man On Wire, dirigido por
James Marsh, a quien muchos conocen por su cinta
The King, con
Gael García Bernal. Esta es la apasionada historia del artista francés
Philippe Petit, quien hace más de 30 años caminó con un cable el abismo entre las hoy desaparecidas Torres Gemelas
(foto arriba). Con dos galardones que obtuvo en el
Festival de Sundance (por momentos pensé que se llevaría el premio de la audiencia en
Tribeca),
Marsh logra reconstruir de manera simple pero con lujo de detalles --gracias a las excelentes entrevistas y comentarios de quienes estuvieron involucrados-- esta hazaña que dio la vuelta al mundo. Un documental fascinante de principio a fin, no dudo que a la hora de los premios
Man on Wire estará presente. Se estrena el 15 de agosto en Estados Unidos.
Hotel Gramercy Park es otra joya que encontramos sobre la ciudad a la que llamamos
home. Dirigida por Douglas Keeve y
ganadora de una mención especial del jurado de
Tribeca, es una de esas historias que hábilmente conectan al New York
pre-Sex in the City con el
post-Sex in the City. Y eso se explora a través del drama familiar de los propietarios de ese hotel excéntrico, que en sus buenos años recibía a cuanto famoso llegaba a la ciudad. Pero como todos los imperios caen, los familiares tuvieron que traspasar el negocio al empresario
Ian Schrager, el mismísimo de
Studio 54. El documental en sí, es sobre esa transición no solo familiar sino social y económica de los involucrados. Su sentir se conoce través de algunos de los inquilinos que tienen viviendo décadas en este hotel, de los personajes habituales (foto abajo) y de los vecinos, que están en contra de los cambios que están sucediendo en su barrio (
thanks to Sarah Jessica Parker). Bastante entretenido y el final arrancará los aplausos de la audiencia.
Uno que no dejará al espectador indiferente, es
Mi Vida Dentro --de la que esperamos tener una reseña completa durante el fin de semana--, un notable debut de
Lucía Gajá. Algo debe estar pasando con las documentalistas mexicanas que siguen ganando premios en varios festivales. Otro cineasta que pudimos entrevistar y quien se adjudicó el premio al Mejor Director Nuevo en
Tribeca,
Carlos Carcas ofreció un filme bastante completo sobre la historia del arreglista cubano
Bebo Valdés. En su ópera prima,
Old Man Bebo, no solo hace un filme para los fanáticos de la leyenda cubana, sino para quienes simplemente buscan un buen documental.
(Primera parte)
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