Friday, April 1, 2011

Reseña: Circo, Aaron Schock

 

Los circos no solo proporcionan entretenimiento, siempre han sido generadores de buen drama y eso lo sabe Aaron Schock, cineasta neoyorquino. Mientras se encontraba investigando sobre unos agricultores de maíz en México, para un posible filme, Schock se topó con el Gran Circo México, y a los protagonistas de su primer filme: la familia Ponce. En Circo (First Run Features), notable debut, se presenta el deterioro de una familia por una tradición laboral de data de generaciones y que busca ajustarse a los cambios del México rural. 

En lo que pareciera un estudio sobre como un circo puede sobrevivir en tan precarias condiciones, y cuyas funciones dependen de 10 integrantes nómadas de los Ponce —cinco de ellos niños—, Schock se concentra en la dinámica familiar. “En las buenas y en las malas, siempre el Circo”, dice Tino, el entusiasta maestro de ceremonias, quien se rehúsa a abandonar la profesión circense. Para él representa no solo el futuro, sino la la carrera que deberán llevar sus cuatro hijos. Como brazo derecho de su padre, quien se encarga de las finanzas y la taquilla, es su responsabilidad de continuar la tradición que viene desde el siglo XIX. Su esposa, no piensa igual.


 
Las miradas de asombro y sonrisas que siguen cautivando a los lugareños, persisten con algunas de las principales atracciones —la cuerda floja, el globo de la muerte, los leones y los acróbatas— pero no es suficiente para la sobrevivencia del Gran Circo México. Ante la crisis económica y el escaso público, ¿cómo se mantiene el circo? 
 
Durante la filmación que se llevó a cabo a lo largo de 21 meses y durante ocho visitas a México —datos que no revela el documental—, salen a flote problemas de explotación, analfabetismo y trabajo infantil, además de su vínculo con la religión y del abandono de algunos miembros del circo. Mientras Schock no ofrece respuestas a todas las inquietudes planteadas en su ópera prima, es de admirarse su trabajo realizado en su integridad por el mismo. Si bien es un retrato íntimo que se queda corto, cumple con su función de examinar los vínculos familiares de un México rural que debe adaptarse a los nuevos tiempos.
Circo se exhibe a partir de hoy en IFC Center y tendrá su estreno en Los Angeles el 8 de abril. En San Francisco el 15, en Boston y Seattle el 22 del mismo mes y el 6 de mayo en Washington DC.


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