Pablo Fendrik sólo necesita de una hora y siete minutos, para mostrar la fuerza que tiene su ópera prima
El Asaltante, que se proyecta mañana en la primera jornada de la serie anual
Film Comment Selects. Si para unos este
mini-fest, tiene una de las selecciones más provocadoras de su historia, el
thriller urbano de
Fendrik --en donde la tensión es constante y prolongada-- definitivamente entraría en ese concepto.
Cámara a mano y filmada en casi tiempo real, seguimos a un hombre mayor y tranquilo; bien vestido y según lo que dicen los códigos sociales, de quien menos se espera nacerá un acto de violencia. Lo vemos llegar a un colegio privado, en un barrio clase mediero de Buenos Aires, para pagar la colegiatura de uno de sus hijos.