La ópera prima de Alejandro Loayza, se centra en Virginio (José Calcina) y Sisa (Luisa Quisque), una pareja de ancianos quechuas, quienes experimentan la peor sequía en mucho tiempo. En esta zona árida, casi deshabitada y olvidada por el gobierno, la rutina diaria está definida: mientras él se encarga de pastorear a las llamas, Sisa es responsable de traer el agua, una labor titánica; además de cocinar y lavar.
La situación del preciado líquido se complica aún más cuando de improviso llega su nieto Clever (Santos Choque) a visitarlos. Si bien con buenas intenciones, él trata de persuadir a los abuelos a que se vayan a la ciudad, tarea que su padre trató y no rindió ningún fruto. El choque cultural y social es evidente entre los tres. Clever no habla quechua y eso mantiene una distancia emocional entre nieto y abuelo, quien a pesar de una posible enfermedad se resiste a dejar su tierra. Mientras en lo que queda del pueblo no se habla de otra cosa, más que la falta de agua.