En una de las secciones especiales del DVD When the Mountains Tremble (Cuando las Montañas Tiemblan, 1983), vemos a una muy joven y comprometida Susan Sarandon describir los eventos que sucedieron en Guatemala a comienzos de la década de los 80, como indignantes e inconcebibles. 25 años más tarde esos mismos adjetivos puede que vengan a la mente de muchos, quienes estén viendo por primera vez la ópera prima de la directora neoyorquina Pamela Yates. No es sorpresa que tan excepcional documental que tiene como eje narrador a Rigoberta Menchú —único en presentar imágenes del conflicto armado y hablar sobre el genocidio en ese país centroamericano y en el cual casi pierde la vida— tenga una secuela.
El material fílmico inédito de esa primera aventura, se convirtió en evidencia forense en el juicio contra del dictador
General Efraín Ríos Montt, que sucedió en España. De esa exploración, junto con la búsqueda por justical social que muchos guatemaltecos continúan, nació
Granito: How to Nail a Dictator (
Yates,
Peter Kinoy &
Paco de Onis) que mañana inaugura el
Festival Internacional de los Derechos Humanos en Nueva York. No solo se exhibe el filme que estuvo en competencia este año en
Sundance, sino que
When the Mountains Tremble (pronto en
Netflix) tendrá una presentación especial
también. Para hablar de esta secuela, entrevistamos a
Pamela Yates —quien domina a la perfección el español—, también comenta sobre el inicio de su campaña al
Oscar, su próximo proyecto y de que manera es influenciada por Nueva York.

Christian Del Moral: Quién diga que no existen las secuelas en el género documental tiene que ver Granito y Cuando las Montañas Tiemblan, en programa doble. ¿Alguna vez pensaste que habría una segunda parte, de tan impactante historia?Pamela Yates: No. No, en esa época porque yo pensaba que la esperanza en Guatemala —para realmente transformar a la sociedad—, era pérdida, cuando los generales y las dictaduras son tan poderosas uno no piensa que pueden cambiar las cosas, ¿verdad? Ellos tenían todo el poder, y es como uno de los temas de la película, realmente se necesita una vida entera para tener un cambio social y uno tiene que estar comprometido de toda la vida. Eso es lo que estoy tratando de comunicar en Granito, más que una historia increíble y que solamente pasa a una persona —me parece a mí— una vez en la vida; también estoy tratando de transmitir todas las lecciones que he aprendido en mi vida como documentalista.