Muchos conocen a Federico Veiroj por su trabajo en Acné, una cinta latinoamericana que se colocó entre las más anticipadas del 2008 y cuya distribución comercial llegó a un buen de países. Aquí se le pudo ver en el Latinbeat del 2009, y en otros festivales donde conquistó premios, pero es su segundo trabajo La Vida Util, representante de Uruguay ante los premios Oscar, que alcanza distribución en el país y se estrena mañana por una semana en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.
El respaldo de la distribución recaé en la muestra Global Lens, que la llevará otras ciudades y podrá ser vista en otras plataformas. Así Veiroj, se suma a Adrián Biniez (Gigante), Enrique Fernández y César Charlone (El Baño del Papa), cuyas producciones en los últimos años han llegado al circuito comercial en Estados Unidos, vía Uruguay.
Pero volviendo a La Vida Util, coproduccción entre Uruguay y España, trata sobre un hombre mayor (Jorge Jellinek, famoso crítico de cine y sin experiencia actoral) quien después de laborar por años en una cinemateca y de todavía vivir con sus padres, pierde su trabajo y quizás una de sus máximas pasiones. Ahora deberá encontrar un sentir a la vida, sin el cine. Veiroj comenzó a desarrollar esta interesante idea (ahora un íntimo y minimalista film en un bellísimo blanco y negro) desde sus años de trabajo en dos cinematecas (Montevideo y Madrid) y por si fuera poco mantiene una cercanía con una de ellas, la Cinemateca Uruguaya, en donde se filmó su película. Pero mejor dejemos que este joven director nos explique en esta entrevista de cómo surgió tal idea, del por qué Acné no llegó a los cines estadounidenses, y su pensar sobre la decisión en Uruguay por mandar a La Vida Util a la contienda por el Oscar.
El respaldo de la distribución recaé en la muestra Global Lens, que la llevará otras ciudades y podrá ser vista en otras plataformas. Así Veiroj, se suma a Adrián Biniez (Gigante), Enrique Fernández y César Charlone (El Baño del Papa), cuyas producciones en los últimos años han llegado al circuito comercial en Estados Unidos, vía Uruguay.
Pero volviendo a La Vida Util, coproduccción entre Uruguay y España, trata sobre un hombre mayor (Jorge Jellinek, famoso crítico de cine y sin experiencia actoral) quien después de laborar por años en una cinemateca y de todavía vivir con sus padres, pierde su trabajo y quizás una de sus máximas pasiones. Ahora deberá encontrar un sentir a la vida, sin el cine. Veiroj comenzó a desarrollar esta interesante idea (ahora un íntimo y minimalista film en un bellísimo blanco y negro) desde sus años de trabajo en dos cinematecas (Montevideo y Madrid) y por si fuera poco mantiene una cercanía con una de ellas, la Cinemateca Uruguaya, en donde se filmó su película. Pero mejor dejemos que este joven director nos explique en esta entrevista de cómo surgió tal idea, del por qué Acné no llegó a los cines estadounidenses, y su pensar sobre la decisión en Uruguay por mandar a La Vida Util a la contienda por el Oscar.
Christian Del Moral: Has creado una historia universal, que relativamente se mira atemporal, pero es completamente relevante hoy en día: las instituciones culturales deben ser económicamente rentables. ¿Qué tan presente estaba la crisis económica qué sacudió al mundo, en la realización de La Vida Util?
FV: Creo que cualquier persona a la que le atraiga ver una película en una sala de cine, o que haya tenido una experiencia muy decepcionante en su trabajo, podría sentirse identificada. No obstante creo que cualquier espectador con ganas de ver una historia de un personaje maduro ante una crisis, puede estar atraído por la película. Pretendo que la película sea entendida por todo aquel que se acerca a ella. La experiencia en Uruguay, y en Festivales me ha confirmado que la película puede llegar emocionar a cualquier espectador más allá de su relación con un cineclub o una cinemateca. Naturalmente, eso es muy gratificante para mí. De todos modos, ¡me encantaría ver la remake!
CD: Otra parte esencial de lo captado, es que va más allá de sensibilizar al espectador sobre la profesión de traer y proyectar cintas sin fines másivos, sino de entender y vivir el cine, como el caso del principal personaje. ¿Cómo fue el proceso de colaboración entre Jorge Jellinek y tú para la creación de ese personaje?
FV: Entre 2002 y 2005 estuve escribiendo un guión que se desarrollaba en una cinemateca en Madrid y en otra cinemateca en Montevideo. Era una historia de un personaje que volvía a sus raíces y a la cinemateca de su adolescencia. Ese guión que se llamó Semana de Turismo, lo dejé de lado cuando comencé a trabajar en el largometraje Acné. Durante la difusión en Uruguay de Acné conocí a Jorge Jellinek y no puede evitar relacionar su físico y su rostro a ese viejo guión. Es así que comencé a retocar y escribir para él; hasta que exploté y le propuse filmar la película. Él no es actor sino periodista y programador cinematográfico, y nunca había trabajado en una cinemateca; sin embargo por ser tan familiar el mundo que yo quería expresar, dijo que se animaría a hacer la película. Yo estaba tan convencido de él como actor que pensé en no filmarla si él no se animaba. Así es que con unas latas de 16mm que había ganado con el premio del AFI Festival de Los Angeles con Acné en 2008, me largué a filmar con un equipo de amigos cercanos como Arauco Hernández en fotografía (estudiante de guión de la Universidad de Columbia) y con la confianza de Jorge Jellinek. Luego de algunas charlas, ensayamos algunas escenas, otras las fuimos haciendo en el set, y en general, Jorge se brindó al 100 por ciento a la película sin negarse a hacer nada de lo que yo le proponía. Corríamos con la ventaja de lo familiar que era el mundo que se estaba retratando. Creo que él fue muy generoso con la película ya que se animó a jugar tanto como el guión se lo pedía, y considero que sale ganando...
CD: Podría decirse que la cinta se concentra en dos partes, curiosamente tuviste que parar la filmación a la mitad por falta de presupuesto y la retomaste seis meses después. ¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo director, qué tan estresante fue esa situación?
FV: Filmamos la película en dos etapas, así es. La falta de presupuesto existió durante ambas etapas de rodaje, y no fue el motivo principal por el que decidí filmarlas por separado. Durante la primera parte filmamos fragmentos de un guión que teníamos escrito con mi colega Inés Bortagaray; priorizamos aquellas escenas que incluían la cinemateca y al personaje de Martínez. Luego de editar esos fragmentos, decidimos no filmar lo que aún estaba en el papel, que eran en su mayoría, escenas de la vida cotidiana del personaje de Jorge. Consideramos que no era necesario verlo más que en su trabajo. Por lo tanto, en los meses siguiente estuvimos pensando como seguir adelante con ese personaje que ya tenía una imagen tan potente, y fue ahí que se incluyó como guionista nuestro colega Gonzalo Delgado. A partir de unos comentarios de él luego de disfrutar mucho viendo la primera mitad ya editada, decidimos que la película continuaría con aquellos ratos posteriores a la salida del trabajo del personaje de Jorge. Cuando tuve claro que eso era lo que quería filmar, volví a reclutar al grupo de amigos profesionales que por suerte estaban disponibles, y nos largamos en la segunda parte de la aventura. Quizás suene extraño pero no tuve estrés por la diferencia de tiempo entre las dos etapas de rodaje. Todo lo contrario, me sirvió para reafirmarme más en la idea de lo que quería contar. Es importante notar que la película se hizo totalmente libre, sin ninguna presión externa, y con muchos amigos; por consiguiente, sin estrés.
CD: A diferencia de Acné, la cual te llevo a varios festivales y tuvo estrenos comerciales en varios países, es La Vida Util que adquiere estreno en Estados Unidos y en MoMA por una semana. Debido al tema, mejor lugar no pudo haber encontrado, ¿no crees?
FV: Sentí mucho que una película como Acné —que había tenido una acogida muy buena en el Festival de Toronto, que había viajado por varios festivales en USA, incluyendo el AFI de Los Angeles donde obtuvo el premio principal— no se estrenase comercialmente en USA. Sé que ha habido mucho interés y algunas ofertas concretas que luego el agente de ventas no pudo seguir adelante por motivos que me son ajenos. Hoy, a casi tres años de haber terminado Acné, estoy todavía convencido que el público americano la podría disfrutar mucho. Así es que en el presente estoy muy feliz que La Vida Util comience su recorrido americano en el MoMA, un lugar que respeto y admiro desde el primer día que lo conocí. Hace seis años se exhibió un cortometraje (que se presentará en la actual serie de Global Lens) llamado Bregman, el Siguiente (As Follows), en conjunto con el largometraje Whisky, como parte de las series de Global Lens 2005. Me siento muy privilegiado por tener la posibilidad que se exhiba mi trabajo en el MoMA.
CD: Estoy seguro que muchos seguidores de la contienda del Oscar, la verán simplemente porque es la representante de Uruguay. ¿Cuál fue tu opinión sobre esa decisión?
FV: Yo estoy muy conforme con la película, sé que el equipo con el que trabajé también, y mucha gente cercana también. Todo lo que acontece a partir de eso es siempre positivo para la película y para todos los que hemos trabajado en ello. Siempre estaré a favor de todo lo que represente más difusión de un trabajo del cual me siento orgulloso, sea en el lugar que sea.
CD: Y finalmente la pregunta obligada, ¿en qué estás trabajando actualmente? ¿Algún proyecto en puerta?
FV: Recién estoy intentando abrir una ventana... Me falta un rato para estar cerca de la puerta.
Federico Veiroj: La crisis económica mundial estuvo presente más en la post producción que durante el rodaje. No obstante en un país pequeño como Uruguay, las crisis regionales también se han caracterizado por afectar a la cultura en general, independientemente de la época. Imagino que como en muchos otros países, la cultura es una de las áreas que más se resiente en momentos de recesión. Entiendo la 'rentabilidad' de la institución cultural que se presenta en la película como una representación de los cambios en la sensibilidad a la hora de acerarse a una obra artística; en este caso, la rentabilidad de la institución se puede traducir en el de una película o un libro o una canción.
CD: Es tan universal el relato, que bien podría ver su remake centrado en cualquier arthouse de Nueva York, como en el Film Forum; protagonizada por un empleado o aún mejor: un asiduo espectador. ¿Crees qué ese sea su atractivo fundamental, que cualquier persona inmersa en ese medio pueda identificarse?FV: Creo que cualquier persona a la que le atraiga ver una película en una sala de cine, o que haya tenido una experiencia muy decepcionante en su trabajo, podría sentirse identificada. No obstante creo que cualquier espectador con ganas de ver una historia de un personaje maduro ante una crisis, puede estar atraído por la película. Pretendo que la película sea entendida por todo aquel que se acerca a ella. La experiencia en Uruguay, y en Festivales me ha confirmado que la película puede llegar emocionar a cualquier espectador más allá de su relación con un cineclub o una cinemateca. Naturalmente, eso es muy gratificante para mí. De todos modos, ¡me encantaría ver la remake!
CD: Otra parte esencial de lo captado, es que va más allá de sensibilizar al espectador sobre la profesión de traer y proyectar cintas sin fines másivos, sino de entender y vivir el cine, como el caso del principal personaje. ¿Cómo fue el proceso de colaboración entre Jorge Jellinek y tú para la creación de ese personaje?
FV: Entre 2002 y 2005 estuve escribiendo un guión que se desarrollaba en una cinemateca en Madrid y en otra cinemateca en Montevideo. Era una historia de un personaje que volvía a sus raíces y a la cinemateca de su adolescencia. Ese guión que se llamó Semana de Turismo, lo dejé de lado cuando comencé a trabajar en el largometraje Acné. Durante la difusión en Uruguay de Acné conocí a Jorge Jellinek y no puede evitar relacionar su físico y su rostro a ese viejo guión. Es así que comencé a retocar y escribir para él; hasta que exploté y le propuse filmar la película. Él no es actor sino periodista y programador cinematográfico, y nunca había trabajado en una cinemateca; sin embargo por ser tan familiar el mundo que yo quería expresar, dijo que se animaría a hacer la película. Yo estaba tan convencido de él como actor que pensé en no filmarla si él no se animaba. Así es que con unas latas de 16mm que había ganado con el premio del AFI Festival de Los Angeles con Acné en 2008, me largué a filmar con un equipo de amigos cercanos como Arauco Hernández en fotografía (estudiante de guión de la Universidad de Columbia) y con la confianza de Jorge Jellinek. Luego de algunas charlas, ensayamos algunas escenas, otras las fuimos haciendo en el set, y en general, Jorge se brindó al 100 por ciento a la película sin negarse a hacer nada de lo que yo le proponía. Corríamos con la ventaja de lo familiar que era el mundo que se estaba retratando. Creo que él fue muy generoso con la película ya que se animó a jugar tanto como el guión se lo pedía, y considero que sale ganando...
CD: Podría decirse que la cinta se concentra en dos partes, curiosamente tuviste que parar la filmación a la mitad por falta de presupuesto y la retomaste seis meses después. ¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo director, qué tan estresante fue esa situación?
FV: Filmamos la película en dos etapas, así es. La falta de presupuesto existió durante ambas etapas de rodaje, y no fue el motivo principal por el que decidí filmarlas por separado. Durante la primera parte filmamos fragmentos de un guión que teníamos escrito con mi colega Inés Bortagaray; priorizamos aquellas escenas que incluían la cinemateca y al personaje de Martínez. Luego de editar esos fragmentos, decidimos no filmar lo que aún estaba en el papel, que eran en su mayoría, escenas de la vida cotidiana del personaje de Jorge. Consideramos que no era necesario verlo más que en su trabajo. Por lo tanto, en los meses siguiente estuvimos pensando como seguir adelante con ese personaje que ya tenía una imagen tan potente, y fue ahí que se incluyó como guionista nuestro colega Gonzalo Delgado. A partir de unos comentarios de él luego de disfrutar mucho viendo la primera mitad ya editada, decidimos que la película continuaría con aquellos ratos posteriores a la salida del trabajo del personaje de Jorge. Cuando tuve claro que eso era lo que quería filmar, volví a reclutar al grupo de amigos profesionales que por suerte estaban disponibles, y nos largamos en la segunda parte de la aventura. Quizás suene extraño pero no tuve estrés por la diferencia de tiempo entre las dos etapas de rodaje. Todo lo contrario, me sirvió para reafirmarme más en la idea de lo que quería contar. Es importante notar que la película se hizo totalmente libre, sin ninguna presión externa, y con muchos amigos; por consiguiente, sin estrés.
CD: A diferencia de Acné, la cual te llevo a varios festivales y tuvo estrenos comerciales en varios países, es La Vida Util que adquiere estreno en Estados Unidos y en MoMA por una semana. Debido al tema, mejor lugar no pudo haber encontrado, ¿no crees?
FV: Sentí mucho que una película como Acné —que había tenido una acogida muy buena en el Festival de Toronto, que había viajado por varios festivales en USA, incluyendo el AFI de Los Angeles donde obtuvo el premio principal— no se estrenase comercialmente en USA. Sé que ha habido mucho interés y algunas ofertas concretas que luego el agente de ventas no pudo seguir adelante por motivos que me son ajenos. Hoy, a casi tres años de haber terminado Acné, estoy todavía convencido que el público americano la podría disfrutar mucho. Así es que en el presente estoy muy feliz que La Vida Util comience su recorrido americano en el MoMA, un lugar que respeto y admiro desde el primer día que lo conocí. Hace seis años se exhibió un cortometraje (que se presentará en la actual serie de Global Lens) llamado Bregman, el Siguiente (As Follows), en conjunto con el largometraje Whisky, como parte de las series de Global Lens 2005. Me siento muy privilegiado por tener la posibilidad que se exhiba mi trabajo en el MoMA.
CD: Estoy seguro que muchos seguidores de la contienda del Oscar, la verán simplemente porque es la representante de Uruguay. ¿Cuál fue tu opinión sobre esa decisión?
FV: Yo estoy muy conforme con la película, sé que el equipo con el que trabajé también, y mucha gente cercana también. Todo lo que acontece a partir de eso es siempre positivo para la película y para todos los que hemos trabajado en ello. Siempre estaré a favor de todo lo que represente más difusión de un trabajo del cual me siento orgulloso, sea en el lugar que sea.
CD: Y finalmente la pregunta obligada, ¿en qué estás trabajando actualmente? ¿Algún proyecto en puerta?
FV: Recién estoy intentando abrir una ventana... Me falta un rato para estar cerca de la puerta.
La Vida Util se proyecta con el cortometraje Bregman, el Siguiente (As Follows), también de la autoría de Veiroj, en la Sala 2 del MoMA en los siguientes horarios: 13/01, 8:00 p.m.; 14/01, 4:00 p.m.; 15/01, 1:30; p.m.; 16/01, 5:00 p.m.; 17/01, 4:00 p.m.; 19/01, 4:00 p.m. Más info aquí
¡Dios, cómo me apetece ver esta película! ¡Qué buena la entrevista!
ReplyDeleteBesos
Hildy
Hildy, gracias! Como siempre me pones una sonrisa al leerte.
ReplyDeleteSeguro estará en Madrid! Debo de preguntar, pero sé que te gustará. Besos!