Reseña: Carmen (2022), Benjamin Millepied

Mescal y Barrera

A pesar de las extravagantes inconsistencias en su historia, Carmen (USA, 2022), basada en la ópera del mismo nombre, el debut de Benjamin Millepied, sobresale por su trabajo visual, musical y de danza contemporánea a la par del carisma de sus tres actores principales: Rossy De Palma, Paul Mescal y Melissa Barrera. 

Aunque no es la primera vez que se realiza una adaptación fílmica de esta historia, que data de 1875, es el también coreógrafo y ahora director de cine, el que la lleva a otro nivel narrativo. Millepied incorpora elementos actuales: lo siniestro que representa el cruzar al otro lado (Estados Unidos), así como los estragos personales de quienes regresan de las guerras que este país se ha involucrado en las dos últimas décadas.

Bajo esta premisa, Millepied traslada la historia al desierto chihuahuense en México (de hecho se filmó en Australia), en donde se vive otro tipo de guerra: los cárteles. Aquí vemos a Zilah (Marina Tamayo), madre de Carmen (Barrera), en una poderosa escena en donde demuestra sus habilidades de flamenco mientras es asesinada por miembros de algún cártel. Es entendible que Millepied y los guionistas, quisieran mantener un enlace común con el argumento original (Carmen, era gitana), pero si van a crear una historia completamente diferente, al menos la hubieran puesto a bailar otro género que vaya de acuerdo a la cultura y estilo del lugar en cuestión.

Una vez que entierra a su  madre, Carmen, sin una pinta de vivir en el desierto mexicano, prende fuego a la casa y huye, ya que los bad hombres vienen ahora por ella. Su único escape es irse a Los Angeles en busca de su madrina, Masilda, interpretada por la incomparable Rossy De Palma. A la par conocemos, del lado estadounidense, a Aidan (Mescal), un joven ex militar que sufre del trastorno de estrés postraumático (guerra en Afganistán). Al igual que muchos veteranos, el también boxeador amateur y aficionado a la guitarra, encuentra trabajo en la patrulla fronteriza.

Es en una redada en la frontera, donde ambos jóvenes se conocen en medio de una tragedia. El riesgo es latente, los abusos (sexuales y de violencia) a los que se exponen los migrantes, dentro y fuera de Estados Unidos son reales y tanto Aidan como Carmen son testigos de esta realidad. Ahora que ambos son prófugos de la justicia, deciden emprender el viaje a Los Angeles para buscar el cabaret La Sombra, regentado por De Palma. 

La huida por el desierto se convierte en una especie de sueño visual alucinante, en donde Millepied demuestra su habilidad como coreógrafo (Black Swan, 2010) y la música compuesta por Nicholas Britell (Moonlight, Succession, entre otras), adquiere vida por sí misma. Mientras la justicia del Tío Sam, está más cerca de ellos, el enamoramiento es inevitable; ella huyendo de los asesinos de su madre y él de los demonios de la guerra. 

Una vez que llegan a La Sombra, Masilda se convierte en la madre perdida de Carmen. Aquí los tres histriones revelan sus dotes más allá de la actuación, tanto Barrera como Mescal están en el mejor momento de su carrera, pero es la alumna de Almodóvar, De Palma, quien acapara las mejores líneas del filme. Así pues el desempeño actoral termina por salvar este drama musical migratorio del olvido, que a pesar de contar con una visión atractiva, Carmen termina por no encontrar la intensidad y el ritmo fronterizo.