Ayer se inauguró el ciclo cinematográfico Global Lens en el MoMA y la primera latinoamericana en pasar lista será Mutum, de la directora brasileña Sandra Kogut, que estará presente la noche del sábado.
No es la primera vez que esta cinta de Brasil, en co-producción con Francia y que tuve allá su estreno hace unas semanas, se presenta en Nueva York. En septiembre del 2007, dejó muy buenas impresiones cuando se proyectó durante el Latinbeat del Lincoln Center.
Y ahora que la vimos, podemos confirmar las reacciones de quienes la reseñaron en su momento, Mutum es una de esas películas que sin mucho ruido logran resultados sorprendentes.
Al igual que otras cintas iberoamericanas de reciente factura, tales como Cuando mis Padres se Fueron de Vacaciones, El Laberinto del Fauno e incluso La Misma Luna, Kogut plantea una conflictiva historia desde la óptica del pequeño Thiago y su reflexión sobre el mundo de los adultos. El enfrentamiento aquí —no es un golpe de estado, ni una guerra civil y mucho menos sobre la migración— es familiar.
Apartados de toda civilización, en el altiplano brasileño, los padres de este pequeño y de otros, viven en una constante pelea. Al descubrir que su esposa tiene ciertos vínculos con su hermano, éste deja ir toda su furia contra ella y su hijo. Callado, medio soñador y con una gran sonrisa, Thiago no parece entender el porqué del trato de su padre a su madre, y del poco apego que siente por él. Después de unos días que su tío desaparece, el pequeño se lo encuentra y éste le da una carta para ella. Thiago quiere a su tío, no tiene duda de eso, pero existe la duda que eso pueda ser lo más correcto.
Sin revelar nada, le pregunta a su madre: "¿cómo sabes cuando algo es malo?". Ella responde que "cuando el diablo sigue perturbando para que lo hagas". Después de unas palabras más termina por decir, "si lo haces, luego te arrepientes". Thiago decide no entregar la carta y tal reflexión habla de su madurez y sentido de responsabilidad, que muchos ya quisiéramos. Y con esa misma actitud, el pequeño tratará de entender la muerte, la separación familiar y lo que es mejor para él.
Basada en una novela de J. Guimarães Rosa, con un guión de la misma Kogut y Ana Luiza Martins Costa, tratan a toda costa de no presentar una visión inequívoca con la situación económica de la familia. Nunca vemos a los personajes quejarse de que tan pobres son, ni a los niños decir que carecen de lo más mínimo. Pero la falta de educación y recursos, tal vez sean los culpables de algunos problemas, pero también puede ser la situación geográfica. Aún así el resultado es esperanzador y emotivo.
Dentro de los pocos actores profesionales que pudimos reconocer, destaca
Joao Miguel (el padre), a quien pudimos ver el año pasado en
Estômago y los niños que parece trabajan por primera vez, también hacen un trabajo decoroso. Uno de los grandes aciertos, por parte de
Kugot, es usar la luz natural, una espléndida fotografía. Tampoco hay música, solo el sonido de la naturaleza. Tal vez con la presión de no rebasar la hora y media de duración, los últimos acontecimientos de la historia se sienten un poco apresurados, pero de ninguna manera merma el interés provocado desde las primeras imágenes.
Funciones: 17 de enero, 4:00 p.m. (con la presencia de Kogut) y viernes 30, 8:00 p.m. Ambas en el Theater 2.
Trailer
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