Para los conocedores del cine internacional, el nombre de Karim Ainouz, dice mucho. Hace unas décadas, un joven brasileño quien estudió arquitectura, encontró su verdadera pasión en el cine. Fue en Nueva York, lugar que vivía una de sus etapas más difíciles pero creativamente estaba pasando por su mejor momento, donde adquirió la experiencia. Su primer trabajo grande, asistente en la dirección, ocurrió con Todd Haynes en el clásico indie Poison (1991).
Pasó más de una década para que
Karim debutará en la dirección y lo hizo con
Madame Sata, un referente no solo en el cine latinoamericano, de temática gay, sino del cine brasileño. Trabajos en televisión y como guionista le han seguido, así como su segundo filme
Love for Sale.
Ahora considerado como uno de los directores más reconocidos de Brasil y quien sigue con varios proyectos, tuvimos la oportunidad de entrevistar
a Ainouz con motivo
del estreno en Nueva York de I Travel Because I Have To, I Come Back Because I Love You (en codirección con
Marcelo Gomes) hace unas semanas.
Sin embargo, decidimos guardarla con motivo de la presentación de
Love for Sale en
el ciclo de los 10 años de Cinema Tropical que organizó
MoMA y de su incursión de último momento en el
Festival de Cannes (Directors Fortnight) con su más reciente película
O Abismo Prateado. La entrevista se desarrolló en inglés.
Christian Del Moral: Comenzaste a trabajar hace 12 años en I Travel Because I Have To, I Come Back Because I Love You, ¿me pregunto si existía un guión inicial y cómo evolucionó? Karim Aïnouz: Esto parte de un viaje que Marcelo y yo hicimos. Ambos estábamos cansados de esperar por dinero para hacer un filme. Recibimos un fondo para hacer una investigación para un guión de una película, no sabíamos de que iba hacer. Sin embargo, estábamos tan desesperados por filmar algo, que el dinero que obtuvimos, lo utilizamos para filmar. La cantidad era suficiente para rentar una camioneta, traer a tres amigos: el director de fotografía, un productor que ayudó con la logística, un asistente que nos apoyó con la cámara y el sonido, y claro el chofer. Fueron dos meses y filmamos sin parar, con todo lo que teníamos en nuestras manos (cámaras Super 8, DVCam y High 8). Así comenzó este proyecto, no parecía un filme sino un archivo de imágenes. Era como un video-diario de ambos, sobre nuestras experiences de ir a casa, sin que fuera nuestra casa —ambos tenemos familiares que vienen de esa región Sertão—. Pasaron los años y queríamos editarlo, pero no teníamos nada de dinero, así que solicitamos otra beca para hacer una pieza de 26 minutos con lo que ya teníamos filmado. Y eso, es en gran parte de lo que se ve en I Travel... Cuando lo vimos —no habíamos utilizado ningún eje narrativo y básicamente era un collage de situaciones, que se podrían organizar en una estructura lineal—, pensabamos que funcionaría mejor como un filme que una instalación visual. Así que dijimos "hagamos algo con esto, que comunique y evoque lo que sentimos cuando fuimos a esta región" y así llegamos con I Travel... que tenemos desde hace tres años.