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Tuesday, July 19, 2022

I Carry You With Me (Te Llevo Conmigo, 2021), un Híbrido Fragmentado

I Carry You With Me (Sony Pictures Classics, 2019/USA), es una cinta extremadamente ambiciosa, pero fragmentada en estilo. La historia se centra en un emotivo amor entre dos chicos mexicanos, que trasciende fronteras y barreras migratorias; más no las legales. 

La directora Heidi Ewing, quien viene del cine documental con amplia experiencia —Jesus Camp (2006), Detropia (2012), y 12th St. & Delaware (2010)— se adentra por primera vez en un filme narrativo basado en hechos reales, en donde incorpora elementos del género documental. Iván (Armando Espitia), aprendiz de chef, y Gerardo (Christian Vasquéz), profesor, son dos jóvenes que viven en la ciudad de Puebla, México, y forman una pareja casi después de conocerse. 

Ambos provienen de familias tradicionales, por lo cual, tienen que esconder su relación sentimental. Iván, quien tiene un hijo pequeño con su anterior pareja, desea mayores oportunidades económicas, por lo que decide irse a Estados Unidos. Gerardo trata de advertirle sobre los riesgos y las muertes que ocurren en la frontera. "Aquí estamos bien", súplica. Sin embargo, Iván y una amiga cruzan la frontera de manera ilegal. Una vez ya instalados en Nueva York, ahora es Gerardo, quien realiza el duro trayecto, ante el intento fallido por obtener una visa para viajar.

Te Llevo Conmigo —su título en español—, se construye en gran medida a través de secuencias regresivas, que requieren suma atención. Desde los primeros minutos, y desde la óptica documental, el filme comienza con una reflexión en la época actual, en la que Iván pareciera cuestionar su estadía en este país, para dar paso a sus días en Puebla ya en modo "ficción". Ewing no solo se conforma con llevarnos a través de los dos países, pasado y presente, sino que aborda a los personajes de pequeños y la homofobia por la que pasaron con sus respectivas familias. Este estilo tedioso y demandante, solo destaca la fragmentación de la historia.

Christian Vasquéz

Si bien Vasquéz y Espitia, logran actuaciones convincentes, es durante las escenas románticas de la pareja que el enfoque es siempre desde las sombras, sin iluminación. Incluso en la parte "real", ante la cámara la pareja se percibe distante y fría. La gran actriz Arcelia Ramírez (La Mujer de Benjamin, Así es la Vida, Perfume de Violetas), quien personifica a una de las madres, está prácticamente de adorno en una escena, un desperdicio total.

El guion realizado por la misma Ewing y Alan Page, quien suponemos además sirvió de guía cultural, por momentos se siente forzado para encajar en la narrativa ya predispuesta por su creadora. Por ejemplo, una vez que Gerardo se entera que Iván lo engañó y que tiene un hijo, se va al bar gay en donde su amiga drag queen Cucusa, sube al escenario para "interpretar" El me Mintió de Amanda Miguel. Lo mismo sucede con los diálogos, cuya naturalidad es escasa.

Christian Vasquéz y Armando Espieta

Al no existir una resolución clara entre sus protagonistas, no sorprende que la directora haya optado por el formato documental, ya en la tercera fase del filme y quizás la más problemática, es donde vemos a Iván y Gerardo en la actualidad. Al final, Ewing los presenta como víctimas ingenuos de un sistema migratorio injusto y opresivo, que a la vez les permite ser dueños de negocios, generar dinero y empleos.

La escritora estadounidense sureña Flannery O'Connor dijo una vez: "quien haya sobrevivido la infancia tiene suficiente material para escribir por el resto de su vida". Lo mismo podríamos decir de nuestra experiencia migratoria: todo aquel que haya emigrado a Estados Unidos, de la forma en que haya sido, tiene una historia que contar. El dilema aquí, es a quién dejamos que cuente nuestras historias.  

 

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