Una de las gratas sorpresas, en la pasada edición del Festival de la Diáspora Africana de Nueva York, fue el documental Princesa de Africa dirigido por Juan Laguna. Filmado en el transcurso de tres años, esta cinta española --un olvido total en la pasada entrega de los Goyas-- sigue la historia de las mujeres alrededor de Pap Ndiaye, un percusionista senegalés. Sonia, su esposa española y con quien trabaja en la ejecución de espectáculos, nunca ha estado en Africa y no conoce a las dos esposas que dejó en su pueblo natal. Marem, es la hija mayor de Pap y sueña con emigrar a Europa.
No es un asombro, que se vuelva a presentar este miércoles en el ciclo de lo mejor del festival en BAMcinématek. Pero mejor dejamos que sea el propio Juan Laguna, que nos explique sobre como conoció a la pareja, la poligamia en Senegal, y el proceso de animación y musicalización de su cinta. Además nos da una pequeña actualización de los protagonistas de esta complicada pero conmovedora historia.
Christian Del Moral: El relato que tratas es algo muy íntimo, bastante complejo ¿cómo te enteras de esta pareja, y cómo los convences para que participen en un documental?
Juan Laguna: Durante los años 2002 y 2003 produje un festival itinerante musical entre España y Marruecos. Entre los múltiples colaboradores se encontraba Dani Salorio, que al poco tiempo creó la compañía de percusión Livika, en donde Pap Ndiaye era percusionista y Sonia Sampayo bailarina. Pap me propuso irme con él a Senegal y acepté, al llegar allí me sorprendió como sus seis hijos y sus mujeres me preguntaban con mucha naturalidad y alegría por Sonia, y fue ahí donde concebí la idea de contar su historia. A la vuelta a España se lo propuse a los dos, y aceptaron, sabía que era formar parte de la intimidad de una pareja, así que lo único que les dije es que trataría la película con el mayor cuidado posible y a las personas que participan con la mayor dignidad posible.
CD: Decides contar la historia, desde la perspectiva de la hija mayor de Pap Ndiayes, para evitar juicios y la presentas con mucho respecto. ¿qué tan difícil fue encontrar ese equilibro?
JL: Cuando empezamos a crear el guión y a desarrollarlo mientras rodamos (es una historia real y no depende al 100 % de nosotros) nos dimos cuenta que contarla desde Sonia no funcionaba, quizás porque justificaba de alguna manera su situación. Así que sin quererlo descubrimos que Marem tenía una mirada y una fuerza impresionante frente a la cámara. Ella cuanta la historia desde la inocencia de una niña que todavía no se a tenido que enfrentar a la poligamia en primera persona. La primera vez que rodamos con ella tenía 11 años, y al final de la historia tiene 14. Está en plena adolescencia, se empieza a dar cuanta de ciertas cosas pero su mirada sigue siendo infantil. Esto genera un doble lenguaje, el de los niños, que ven a Sonia como la exótica occidental y la de los adultos que viven el día a día en una situación de poligamia.
Juan Laguna |
CD: ¿Cómo te preparaste para la filmación en Senegal?
JL: Teníamos mucha experiencia en producir cine y música (que es lo que hacemos en todos nuestros trabajos) en Africa. Así que a priori no fue muy complicado, luego te van surgiendo problemas, uno tras otro, los recursos con los que trabajas en Africa no tienen nada que ver con los que tenemos en Europa, pero al final forma parte de la magia. Hay que saber que las esperas son largas, y que muchas veces no vas a tener electricidad, o no vas a encontrar la iluminación adecuada pero con creatividad y gente implicada trabajando contigo acabas superando esas pequeñas barreras.
Sonia con una de las esposas de Pap |
Princesa de Africa (trailer) se exhibe el miércoles a las 4:30 Tickets
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