Desde pequeño he tenido cierto prejuicio visual y cultural —que más tarde se convirtió en político—, de la Revolución Mexicana. Así que no es ninguna sorpresa que durante mi adolescencia, me abstuve de mirar cine que proyectaba esa época, al igual que Cantinflas, Pedro Infante, Tin-Tan y filmes de charros. 20 años más tarde y en el extranjero, pude apreciar un gran filme referente a ese período histórico que recién cumplió 100 años, y también entendí el porque de mi fobia.