Desde enero de este año, no hemos tenido ningún estreno español. En ese momento, a pesar de contar con buenas críticas, Alcarràs (2022) no encontró la respuesta deseada por parte de la audiencia neoyorquina. Quizás eso cambie con la llegada de dos filmes españoles —que se presentaron en el Festival de Cannes del año pasado—, al Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA) y al Film Forum, en pleno pico de una ola de calor.
Primero tenemos El Agua (España/Suiza/Francia, 2022), la ópera prima de Elena López Riera, que se estrenó anoche en el MoMA. Con una mezcla de géneros, entre lo fantástico y costumbrista, la directora presenta una historia que se basa en una leyenda contada por su propia abuela. El relato se desarrolla durante un verano en la región de Valencia, en donde se dice que cada vez que se desborda el río, las mujeres están predestinadas a desaparecer con el agresivo caudal. Una adolescente, quien forma parte de un matriarcado, se debate entre el amor de un chico, las creencias del pueblo y el fenómeno natural que amenaza.