
- Che: $1,057,678
- Stranded, I've Come From a Plane That Crashed in the Mountains: $86,199
- Silence Light: $60,200
- Timecrimes: $39,127
- Dog Eat Dog: $80
Sin caer en los excesos de La Zona o en las ambiciones de Déficit, cintas que ilustran desde diferentes ópticas las desigualdades sociales-económicas de la Ciudad de México y que bien podrían aplicarse en varias metrópolis latinoamericanas, Celina Murga ofrece un sutil e inocente retrato de esa problemática en su segunda producción Una Semana Solos.
La historia sigue a un grupo de niños y adolescentes, que viven en un exclusivo conjunto habitacional, con escuela incluida, en Argentina. Mientras los padres se encuentran de vacaciones, al igual que otros vecinos, vemos a los chicos hacer de todo un poco: desde jugar, travesuras y hasta una que otra precocidad.
Me refiero a esas bromas a medias, diálogos carentes de expresión y actuaciones que no lo son. La intención que se presenta, dada las circunstancias, es Juan necesita entender la muerte de su padre y ser responsable de su pequeño hermano, ya que su madre no puede ni siquiera cerrar la puerta del baño.
A propósito de la exhibición, de Nuestros Desaparecidos en el Museo de Arte Moderno este jueves, hay algo que se nos quedo un poco fuera de nuestra entrevista con Juan Mandelbaum y que hoy rescatamos. En el documental encontré tres momentos esenciales, que a mi parecer, simplifican el porque este tipo de historias siguen vigentes y así lo continuarán.
Como ya saben algunos, Nuestros Desaparecidos trata sobre el viaje de Mandelbaum a su país natal, para saber lo que pasó con una ex novia, Patricia Dixon y otros amigos que fueron desaparecidos, torturados y asesinados durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983).
Una de las gratas sorpresas, en la pasada edición del Festival de la Diáspora Africana de Nueva York, fue el documental Princesa de Africa dirigido por Juan Laguna. Filmado en el transcurso de tres años, esta cinta española --un olvido total en la pasada entrega de los Goyas-- sigue la historia de las mujeres alrededor de Pap Ndiaye, un percusionista senegalés. Sonia, su esposa española y con quien trabaja en la ejecución de espectáculos, nunca ha estado en Africa y no conoce a las dos esposas que dejó en su pueblo natal. Marem, es la hija mayor de Pap y sueña con emigrar a Europa.
No es un asombro, que se vuelva a presentar este miércoles en el ciclo de lo mejor del festival en BAMcinématek. Pero mejor dejamos que sea el propio Juan Laguna, que nos explique sobre como conoció a la pareja, la poligamia en Senegal, y el proceso de animación y musicalización de su cinta. Además nos da una pequeña actualización de los protagonistas de esta complicada pero conmovedora historia.
Christian Del Moral: El relato que tratas es algo muy íntimo, bastante complejo ¿cómo te enteras de esta pareja, y cómo los convences para que participen en un documental?
Juan Laguna: Durante los años 2002 y 2003 produje un festival itinerante musical entre España y Marruecos. Entre los múltiples colaboradores se encontraba Dani Salorio, que al poco tiempo creó la compañía de percusión Livika, en donde Pap Ndiaye era percusionista y Sonia Sampayo bailarina. Pap me propuso irme con él a Senegal y acepté, al llegar allí me sorprendió como sus seis hijos y sus mujeres me preguntaban con mucha naturalidad y alegría por Sonia, y fue ahí donde concebí la idea de contar su historia. A la vuelta a España se lo propuse a los dos, y aceptaron, sabía que era formar parte de la intimidad de una pareja, así que lo único que les dije es que trataría la película con el mayor cuidado posible y a las personas que participan con la mayor dignidad posible.
Cámara a mano y filmada en casi tiempo real, seguimos a un hombre mayor y tranquilo; bien vestido y según lo que dicen los códigos sociales, de quien menos se espera nacerá un acto de violencia. Lo vemos llegar a un colegio privado, en un barrio clase mediero de Buenos Aires, para pagar la colegiatura de uno de sus hijos.
He aquí uno de los filmes, que más nos inquieta en la tan esperada primavera: Sin Nombre. Y el tráiler, que se puede ver abajo, confirma nuestras sospechas. Ganadora de varios premios en el más reciente Festival de Sundance --Mejor Dirección, Mejor Cinematografía y una nominación del Gran Jurado--, narra el viaje de una adolescente hondureña que busca a su padre en Estados Unidos.
Su encuentro con los maras (pandillas centroamericanas) y su paso por México, medirán la confianza y determinación de la chica. Sé que algunos dirán que se trata de Sangre de mi Sangre del 2009, o la versión indie de La Misma Luna, pero todo a su tiempo.
A diferencia de la primera, Sin Nombre se estrenara con todo el apoyo de Focus Features (que distribuye Milk) y lo único que comparte con la segunda (además de la premisa de la historia) es la misma semana de estreno: 20 de marzo.
Otra cuestión que la hace diferente, es la falta de estrellas telenoveleras. Dirigida por Cary Joji Fukunaga, quien vive en Brooklyn Heights, esta coproducción Estados Unidos-México cuenta con el apoyo de Canana Films (Diego Luna, Gael García Bernal) y la presencia de un grupo de actores poco conocido por la audiencia estadounidense.
¿Fuiste uno de los que se perdió la cinta épica Eréndira Ikikunari y el fascinante documental Princesa de Africa, cuando se presentaron en nuestra ciudad?
A partir del próximo viernes, regresa lo mejor del Festival de la Diáspora Africana de Nueva York --aquellas cintas premiadas y preferidas del público--, al BAMcinématek en Brooklyn. No solo se presentarán las dos mencionadas al principio, sino otros más de temática latinoamericana en esta serie que según el propio sitio del BAM, es una de las populares entre los asistentes cinéfilos.
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